Llevamos años reclamando más personal y más medios materiales de autoprotección y disuasorios porque el problema de seguridad en la frontera de Ceuta No es un hecho puntual.
Una vez más los guardias civiles hemos dado una lección de nuestra profesionalidad y humanidad salvando vidas de inmigrantes menores y mayores que intentaban entrar en Ceuta. Es la imagen de la verdadera Guardia Civil –un pronóstico feliz para el afligido- como dice nuestro reglamento. Hemos cumplido nuestro deber con creces y, seguiremos haciéndolo, por compromiso y vocación de servicio, no porque sea nuestra obligación. Somos la punta de lanza de la defensa de nuestras fronteras y, por tanto, conocemos perfectamente el problema migratorio y, sabemos distinguir y diferenciar entre migrantes y delincuente.
Esta misma madrugada y bien entrada la mañana tenemos que lamentar como miles de delincuentes marroquíes apedreaban y siguen apedreando a guardias civiles de forma violenta. No estamos hablando de migrantes, hablamos de energúmenos y delincuentes que quieren violentar una frontera sin importarles causar la muerte o lesiones graves a guardias civiles, porque estos apedreamientos pueden tener ese resultado. Unos hechos que no pueden quedar impunes y esperamos que estas personas puedan ser identificadas y puesta a disposición judicial sin logran entrar en nuestro país.
De la misma forma que volvemos a reclamar que se nos doten de medios materiales de autoprotección y disuasorios, no entendemos que después de tantos años pidiéndoles sigamos en la misma situación
¿A qué están esperando? A que ocurra una desgracia?