Ante la aparición de informaciones que apuntan a una reforma de la conocida como “ley mordaza” AEGC considera que muchos de los puntos que se pretenden modificar no sólo supondrán un hándicap para el desarrollo del trabajo de los miembros de las FCSE, sino que también se verán seriamente dañados los derechos de los ciudadanos y de los propios guardias civiles y policías. La Ley, a nuestro juicio, no sólo debe ser garantista de los derechos de unos, tiene que ser garantista con los derechos de todos los ciudadanos. Con la modificación, por ejemplo, de la limitación de cacheos ¿cómo van a garantizar los miembros de las FCSE la seguridad ciudadana en los macrobotellones que tan de moda se han puesto en todos los municipios?. Están muy recientes todos los disturbios que estos botellones han producido en muchos de nuestros municipios. Muchos de ellos han terminado con agentes heridos y jóvenes agredidos por arma blanca, con la reforma ¿cómo se va a poder evitar estas agresiones?
El material antidisturbio también está en el punto de mira y precisamente AEGC lleva años reclamando que se dote a todas las unidades de Seguridad Ciudadana de este tipo de material para que los agentes estén más protegidos.
En cuanto a las cuantías de las sanciones según la capacidad económica en AEGC nos preguntamos cuantas de las sanciones económicas impuestas por ejemplo este verano por los macrobotellones se han hecho efectivas. Los guardias civiles tenemos experiencia con la insolvencia de muchos de nuestros agresores a los que se condena a irrisorias multas, que no pagan precisamente alegando su incapacidad económica. Por este motivo desde AEGC llevamos años denunciando que, como consecuencia de esta impunidad de los agresores, se viene registrando un alarmante incremento de las agresiones a guardias civiles y policías.
Ley GARANTISTA SI pero para todos. Tanto para los que quieren manifestarse o divertirse como para los que tenemos que velar por la seguridad de todos y, como no se cansa de reclamar AEGC, los miembros de las FCSE seguirán estando en un limbo hasta que no se nos reconozca como AUTORIDAD y no como AGENTES DE LA AUTORIDAD, que es la consideración que nos da la Ley en la actualidad.