AEGC exigió recientemente el refuerzo con personal en los puestos más pequeños o su cierre porque no ofrecen ni seguridad para la población ni para los propios agentes.
El asalto llevado a cabo la pasada noche en el Puesto de Villafranca de los Caballeros, Toledo, no ha hecho más que confirmar las denuncias que desde AEGC venimos denunciando. Puestos como este con escaso personal y sin medidas de protección son un “pastel” para los delincuentes que saben que no encontraran ninguna resistencia, porque en muchos de ellos ni siquiera viven ya los agentes y por tanto permanecen más horas sin vigilancia que con ella. Además esta no es la primera vez que ocurre un suceso como este, AEGC ya denunció la quema de coches oficiales en Córdoba o el pinchazo de ruedas en Alicante. En esta ocasión consideramos que es aún más grave ya que los asaltantes han logrado sustraer varias pistolas y uniformes oficiales, a parte de enseres personales de los agentes que tenían guardados en sus taquillas.
Para AEGC lo ocurrido en Villafranca de los Caballeros es un nuevo aviso al Ministerio del Interior para que tome de una vez medidas que eviten estos asaltos, porque en esta ocasión, como en otras, han sido delincuentes comunes pero ¿qué hubiera ocurrido si hubieran sido terroristas? Y si hubieran vivido familias, como ya pasó en el puesto de Galapagar en Madrid?. Una vez mas la dejadez que muestran los responsables de poner solución deja a los guardias civiles en manos del destino o de la suerte y esperando que cuando se repita no sean ellos los afectados. Es la muestra de una indiferencia total no sólo por la seguridad de los agentes sino también de las familias que viven en muchos de estos puestos.
Por ello desde AEGC volvemos a exigir valentía a los máximos responsables para afrontar y replantear un nuevo despliegue de la Guardia Civil: porque o se reponen las plantillas mermadas por los años de congelación de empleo público o se afronta con decisión el cierre y reunificación de puestos. La Guardia Civil es la institución mejor valorada por el servicio extraordinario que ofrece a la ciudadanía pero puestos con menos de diez agentes, que solo están abiertos como si fueran oficinas de 8 a 15 poca seguridad pueden ofrecer en sus demarcaciones. Además se da la circunstancia que son precisamente los pueblos de la España vaciada los que más se ven afectados, por lo que a la falta de servicios para hacer más atractivas estas localidades se una también la deficiencia en seguridad.