Madrid 11 de abril 2023
La situación de incertidumbre que vienen sufriendo los guardias civiles de la Agrupación de Tráfico destinados en Navarra parece que no tiene fin. La Asociación Española de Guardias Civiles lleva años denunciando este juego trilero en el que, una vez más, los guardias civiles y sus familias son los más perjudicados porque no desconocen en qué momento tendrán que hacer las maletas y abandonar la Comunidad Foral en la que, la gran mayoría, están arraigados. Pese a ello, se anuncian 14 vacantes para motoristas y 2 para atestados.
En AEGC no nos hemos cansado de denunciar los movimientos que los últimos años han venido realizando el gobierno de la nación y el nuevo gobierno autonómico de Navarra con el fin de expulsar definitivamente a la Guardia Civil de la Comunidad Foral. Esta semana hemos asistido al último movimiento, ahora ya con fecha cerrada: el 1 de julio, para que la Guardia Civil ceda definitivamente la seguridad vial de las carreteras navarra a la Policía Foral, sin que esta, como ellos mismos afirman, estén preparados para hacerse cargo de estas competencias por falta de personal. Mientras tanto calla la DGT y su director general.
Casi cuatro años llevan los agentes y sus familias sin hacer planes a futuro, exactamente desde la firma del acuerdo para garantizar la investidura de Pedro Sánchez, porque en ese acuerdo en su punto 3 se recogía "Proceder en 2020 a la negociación y traspaso a la Comunidad Autónoma Vasca de las competencias estatutarias pendientes. Así mismo, se procederá en el plazo de seis meses al traspaso de las competencias de tráfico a la Comunidad Foral de Navarra, con el mismo contenido y extensión que las realizadas en su momento en la CAV".
Cuatro años en los que nadie se ha preocupado por la situación de las casi 200 familias condenadas al exilio con un futuro incierto. 200 familias a las que se empeñó su futuro por unos votos, dejándolos en la más absoluta incertidumbre porque a partir del uno de julio serán expulsados de esta comunidad en la que todos se sienten uno más. Por delante tenemos unos meses para luchar porque a los compañeros afectados se les garantice su futuro laboral sin ningún tipo de pérdida y por ello AEGC seguirá defendiendo sus intereses. Ahora habrá que añadir el resto de compañeros y familias. Unos trabajan y otros se llevan la pasta.
Pero la marcha de la Agrupación de Tráfico de esta Comunidad no sólo afecta a los agentes y sus familias, como hemos denunciado y seguimos haciéndolo desde AEGC, la sociedad navarra también sufrirá las consecuencias de esta marcha al verse perjudicada la seguridad vial.