La Asociación Española de Guardias Civiles, AEGC, lleva años exigiendo a Interior que invierta en mejorar las condiciones laborales de los guardias civiles con la compra de chalecos antibala para entregarlos de dotación personal y no tener que compartir en los días de verano el sudor de los compañeros. Años exigiendo una renovación del parque automovilístico que difícilmente pasa una ITV y el arreglo de los cuarteles, muchos de ellos con problemas de aislamiento, goteras, calefacción, cañerías o sin rampas para personas con dificultades de movilidad.
Todos estos años nuestras denuncias han caído en saco roto alegando, siempre, falta de presupuesto. Por eso, no puede menos que sorprendernos el anuncio del ministro de Interior, Grande Marlaska y de la ministra para la Transición Energética y el Reto Demográfico, Teresa Ribera de llevar a cabo una inversión de casi 400 millones de euros en poner a la Guardia Civil y al CNP a la cabeza de la sostenibilidad y la eficiencia energética.
400 millones para comprar 5.800 coches eléctricos y poner 3.300 puntos de recarga en unos puestos con unas necesidades habitacionales más urgentes. Vehículos que necesitaran un tiempo para cargar las baterías y que en AEGC aún no nos podemos explicar como vamos a poder acudir a un aviso urgente y dar el servicio de seguridad si los coches están enganchados a la luz.
400 millones para ser sostenibles mientras los guardias civiles seguimos saliendo a la calle sin la principal protección, los chalecos antibala, que tenemos que continuar compartiendo. Ni toda una pandemia ha conseguido convencer al responsable de Interior de la necesidad de dotar a los agentes de manera individual de los chalecos, pero sorprendentemente si hay una partida para hacernos sostenibles. Para AEGC son parches, improvisación y olvidarse de atajar los verdaderos problemas de la Guardia Civil: falta de medios, falta de personal y una redistribución que nos haga más eficaces para de dar un servicio de calidad a la España Vaciada.