Burgos 13 de diciembre de 2023
Ni plan 2030 ni nada de nada, parches, tras parche, es la definición más correcta y apropiada para lo que ocurre en muchas de las provincias de España.
Un año después de que la Dirección General presentara en Burgos a bombo y platillo su PLAN DE SEGURIDAD RURAL, en esta provincia los guardias civiles nos encontramos con que ni plan ni nada. Solo PARCHES para tratar de capear el temporal y dar a la ciudadanía una imagen falsa de seguridad. Porque si los planes solo lo son en papel y no vienen acompañados de un proyecto económico y de personal difícilmente no tendrá resultados positivos. Y desgraciadamente la España despoblada, la España rural sigue siendo un lugar de paso. Un ejemplo es lo que ocurrido en el último movimiento de personal en la provincia de Burgos donde 100 agentes han abandonado la provincia.
En la presentación del plan la anterior directora general aseguró que con él se pretendía dar una respuesta eficiente y cercana a la ciudadanía y elevando “los estándares de seguridad en los caminos y territorios del país, ahondar en la cohesión social y territorial, además de transitar hacia la digitalización y la sostenibilidad”. Se quería poner el foco en mantener la seguridad objetiva de la ciudadanía, sus bienes y los espacios y recursos naturales de las zonas rurales; fortaleciendo la sensación subjetiva de seguridad con un servicio próximo y de calidad, con especial atención a los colectivos más vulnerables; y mejorar la fidelización, arraigo y estabilidad de los guardias civiles desplegados en estas zonas. Pero un año después nada ha cambiado y volvemos a las soluciones temporales: detraer personal de otras unidades para tapar el problema. Ni tan siquiera se ha apostado por el arraigo como demuestra la pérdida de plantilla. Se quería apostar por elevar los estándares de seguridad en los caminos y territorios y lo único que se ha hecho es instalar pantallas con imágenes digitales de guardias civiles. Digitalización de un problema de seguridad en la España DESCONECTADA.
La solución más recurrente a estos problemas en nuestra Institución es siempre la misma: quito de aquí para poner allí o lo que es lo mismo desvisto a un santo para vestir a otro. En este caso provincias como Palencia, también escasa de personal, o Álava, verán como parte de sus hombres y mujeres se envían a Burgos para reforzar dos de sus compañías. Situación que se repite en Segovia, donde el movimiento interno registrado en la última convocatoria de vacantes ha dejado sin efectivos parte de la provincia y ahora detraen personal de diferentes puestos para solventar su falta de agentes. Una medida que no ataja el problema, lo esconde, y que tan solo sirve para perjudicar el servicio en las unidades afectadas por el traslado ocasional.
Desde AEGC cuando se presentó el ambicioso plan ya avisamos que era difícil que diera frutos si no se incentivaba la fidelización y estabilidad de las plantillas en el entorno rural porque las carencias de la España Vaciada que expulsa de sus pueblos a hombres y mujeres en busca de mejores oportunidades son las mismas carencias que sufren los agentes allí destinados y sus familias, ¿por qué van a querer que sus hijos e hijas tengan menos oportunidades? Por lo tanto si no se fomenta la fidelización con el entorno rural difícilmente se podrá solucionar el problema de falta de personal. Un problema que desde AEGC no nos cansamos de repetir es de toda la España Rural no es algo puntual de una sola provincia. Desde la propia Dirección General eran conscientes de que el plan necesitaba “posibles incentivos para los guardias civiles desplegados en zonas rurales para contribuir a su arraigo al territorio, además de la dotación adicional de medios técnicos, equipamiento y movilidad”. Eran y son conocedores del problema pero en este año no se han puesto en estudio los posibles incentivos al personal pero se ha destinado presupuesto a la instalación de pantallas con agentes serigrafiados: AVATARES.