Tras las anteriores denuncias de AEGC sobre el deplorable estado de algunos acuartelamientos de Segovia, la hoy cesada Subdelegada del Gobierno en la provincia, Lirio Martin, anunció públicamente en reiteradas ocasiones la inversión de más de tres millones y medio de euros para el arreglo de tres de los cuarteles que están en peor estado: Bodeguillas, Lastras de Cuéllar y San Ildefonso. Desde febrero de 2022, han sido varias las veces que desde la Subdelegación han presumido en prensa de la supuesta inversión para el arreglo de estos acuartelamientos que además pasarían de ese lamentable estado a ser ecoeficientes gracias a los fondos de la Unión Europea. Edificios que como dijo la ex subdelegada del Gobierno Lirio Martín se encontraban en un deplorable estado y que precisan una reforma urgente y para los que se habían propuesto unas obras consistentes en mejoras en el aislamiento exterior en fachadas y cubiertas, cambio de ventanas, iluminación interior y la instalación de paneles solares. El objetivo de estas obras, como anunció la ex subdelegada Martín era «reducir paulatinamente la demanda de energía y la dependencia de combustibles fósiles en estos cuarteles de la Guardia Civil, así como impulsar la utilización de energías renovables y el autoconsumo». Pues año y medio después no se ha movido ni un ladrillo en estos Puestos.
Todas estas obras se iban a poder llevar a cabo gracias al acuerdo entre el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y el Ministerio del Interior y estaban incluidas en el plan de transición energética de la Administración General del Estado en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Más de tres millones y medio de euros destinados a dar dignidad a unos edificios públicos que, además de dar un servicio al ciudadano, son también las viviendas de los Guardias Civiles y sus familias. Obras que a día de hoy siguen sin llevarse a cabo, desconociendo que ha pasado con la partida presupuestaria: ¿se ha esfumado el dinero, se ha invertido en otros menesteres, o se va a perder porque no se han empezado las obras?. Es decir, año y medio después de ir de cuartel en cuartel haciéndose fotos la señora Lirio Martín no sabemos qué ha pasado con ese dinero ni si finalmente se llevarán a cabo las mejoras prometidas, pero las expectativas que tenemos, por la experiencia de los años, son muy pocas.
Ante tanto engaño en AEGC nos preguntamos ¿Cómo se va a poder confiar en la palabra de estos responsables políticos que teniendo la partida presupuestaria permiten que unos servidores públicos sigan viviendo y trabajando en condiciones indignas, mientras el dinero del presupuesto se esfuma o descansa en un cajón?¿ Como se van a fiar los guardias civiles de que se va a realizar una inversión de este calado si ni siquiera se han molestado la señora Lirio Martín en reparar el pequeño cuarto donde trabajan los guardias civiles en la misma Subdelegación del Gobierno, pese a que hace más de un año se nos aseguró que en cuestión de días se repararía?.
Queda muy bonita la foto en la puerta de un cuartel anunciando inversiones millonarias, pero es solo eso: la foto, los cuarteles siguen igual y las inversiones no aparecen por ningún sitio. Más de cuatro años lleva el cuartel de San Ildefonso rodeado de cinta con la leyenda “no pasar Guardia Civil”, más de cuatro años en los que el riesgo es continuo de que caigan tejas o trozos de fachada sobre alguna persona, en especial de los Guardias Civiles y sus familias que viven allí. Más de cuatro años con la promesa de que el arreglo va a ser inmediato, que se va a invertir un dinero en mejorar la eficiencia energética y reparar la vergonzosa situación de los cuarteles.
En AEGC, con nuestros años de experiencia, nunca lo creímos al 100%, pero esta vez sí teníamos esperanza en que nos dieran un cuartel digno en el que trabajar. Pero está visto que nadie está interesado en que los ciudadanos puedan ir seguros a estos puestos a hacer gestiones y, por su puesto, a que los guardias y sus familias tengan la seguridad de que sus casas no pondrán en riesgo sus vidas.