La Guardia Civil sigue con el desmantelamiento y traslado de unidades de montaña de élite imprescindibles por su servicio a la ciudadanía.
Zaragoza 15 de junio de 2021
AEGC denuncia el cerrojazo a más unidades de élite de la Guardia Civil, unidades que se sumaran a la ya anunciada del EREIM de Panticosa. En esta ocasión se trata del EREIM de Tarazona (Zaragoza) que en sus años de servicio público han realizado cientos de rescates y salvado decenas de vidas en la montaña aragonesa. AEGC lleva años reclamando a Interior que afronte una nueva redistribución de la Guardia Civil para optimizar nuestros recursos materiales y humanos y dar a los ciudadanos de nuestra demarcación un mejor servicio. Pero esta reestructuración que se está llevando a cabo desde la Guardia Civil nada tiene que ver ser MEJORES Y MAS OPERATIVOS. A nuestro juicio el cierre de Ereim de Tarazona, como el de Panticosa, no supone una optimización sino que más bien es despojar a los ciudadanos de un buen servicio a la sociedad. Y aunque se escuden en que sus cifras no son tan potentes como las de otros Ereim, las vidas que han salvado cada año son igual de valiosas y el fruto de su trabajo, por tanto, es igual de importante para los ciudadanos, porque esta es una unidad que trabaja sin descanso para que las personas que visitan las montañas del Moncayo y alrededores siempre estén protegidas así como los montañeros y escaladores residentes en la zona.
Para AEGC desde la Jefatura de Montaña con el desmantelamiento del EREIM de Tarazona, aún siendo una unidad que se ha mostrado desde su creación extremadamente eficaz, no sólo se deteriorará un buen servicio público, sino que además se dejará a unos guardias sin destino con preferente absoluto para coger vacantes dentro de la provincia de Zaragoza, no pudiendo ser en Grupos de Rescate de Montaña debido a la no existencia de más equipos de montaña en la provincia. Por no mencionar del daño que se va a causar a sus familias que se verán obligadas a abandonar su lugar de residencia en el que están plenamente integrados. Es decir se les esta forzando a mover a sus familias que en su día decidieron establecerse en Tarazona. Guardias que, como ha comprobado AEGC no se quieren ir a otra Unidad, están contentos y orgullosos de su trabajo en el Moncayo. Además como ocurre con el EREIM de Panticosa tampoco están de acuerdo con este cierre ni los Ayuntamientos, ni las federaciones, ni nadie de la zona.
Pero la reestructuración que pretende llevar a cabo la Guardia Civil no termina aquí, AEGC ha tenido conocimiento que también pretenden el traslado del EREIM de Mora de Rubielos a la capital Turolense. Nuestra Asociación considera que estas unidades de élite se encuentran a disposición del ciudadano para cuando se les necesite, no para engordar estadísticas y deberían preguntarse que ha pasado en esta unidad para que de a día de hoy solo cuente con tres componentes y no con los 8 que le corresponde a la unidad. Porque con este traslado tan solo se pone una tirita a un problema mayor que se arrastra desde hace años: la falta de personal.
De la misma forma que no entendemos porque la Jefatura de Montaña va a dejar una provincia tan extensa cómo Zaragoza sin ningún equipo de montaña tampoco encontramos sentido a este traslado de los tres componentes de la Unidad ya que la zona dónde van a tener que efectuar los rescates va a ser la misma en Teruel capital que en Mora de Rubielos. Además no comprendemos la necesidad del daño que va a causar a sus familias que se van a ver obligadas a abandonar su lugar de residencia en el que están plenamente integrados, además del malestar que genera esta decisión entre los vecinos de la Comarca Gudar-Javalambre que no desean de ninguna de las maneras que este desaparezca o sea trasladado.
Desde AEGC volvemos a apelar, como ya hicimos cuando conocimos el cierre del EREIM de Panticosa, al buen juicio de los que tienen en su mano mantener esta unidad de montaña de la Guardia Civil: son grandes profesionales, conocen cada rincón de su zona de rescate, imprescindible para actuar con rapidez y salvar vidas. Una decisión que como otras muchas no solo perjudicará a los profesionales sino también a sus familias que se verán obligadas a hacer las maletas y abandonar su lugar de residencia y a los que cada día se acercan a la montaña para practicar este deporte y que ven en el EREIM un seguro de vida.