Madrid 7 de febrero de 2024
Las pifias de los responsables de adquirir nuevos vehículos para la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil obliga a los agentes a incumplir las normas de tráfico que ellos están encargados de sancionar. Los recientes vehículos entregados a la Agrupación tienen un maletero tan pequeño que los agentes se ven obligados a llevar parte del material necesario para el ejercicio de su función suelto en las plazas traseras, algo que es sancionable en el precepto “conducir un vehículo sin cuidar de la adecuada colocación de los objetos o algún animal transportado para que no interfieran en la conducción”
Pero además de comprometer a los agentes incumpliendo la normativa de tráfico con estos vehículos se está poniendo en riesgo la integridad física de los agentes ya que ante cualquier eventualidad los objetos que deben llevar desperdigados por los asientos traseros podrían salir despedidos contra los guardias civiles y causar un siniestro. Un riesgo que conocen muy bien tanto en la Agrupación como en la Dirección General de Tráfico motivo por el cual se realizan campañas de vigilancia para que se cumpla con esta norma. Es decir que cualquier objeto depositado en los asientos traseros se puede convertir en un proyectil para los ocupantes delanteros, en este caso los guardias civiles.
Vehículos no operativos no sólo por la falta de maletero sino también por la colocación de objetos en la bandeja trasera y por su autonomía 325 kilómetros. Una distancia ridícula para llevar a cabo la labor de la Agrupación que a diario en cada turno puede perfectamente superar e incluso duplicar esa distancia. Es decir que estarán obligados a parar a repostar en mitad de cada turno. ¿Qué ocurrirá en las vías de circulación donde las gasolineras son casi un lujo y no están abiertas sobre todo por la noche? ¿Deberán llevar los guardias garrafas de gasolina para evitar quedarse tirados en mitad del servicio? Otros cientos de miles de euros desperdiciados por una mala gestión.
En AEGC consideramos que estos coches no pueden seguir en las vías de circulación llevando parte del material suelto por el habitáculo y poniendo en riesgo la vida de los agentes. En la Guardia Civil existe un Plan de Riesgos Laborales al que parece nadie hace caso.