La falta de efectivos de la Guardia Civil en Córdoba a punto de causar un incidente con un delincuente que se personó en el Cuartel de Bujalance con un hacha
El individuo, un viejo conocido de la guardia civil, ya fue puesto a disposición judicial pero horas después quedaba en libertad
El agresor pertenece a un conocido clan de la zona, “los tarabito” y salió hace apenas un mes de prisión preventiva a la espera de que se le juzgue por tráfico de drogas y además tiene denuncias por violencia de género. Precisamente por una denuncia de VIOGEM intentó también agredir al cabo del puesto que había atendido a su mujer cuando interpuso la denuncia.
Los hechos que hoy denuncia AEGC ocurrieron la noche del 9 de diciembre cuando el puesto se encontraba cerrado y no había ninguna patrulla en la localidad. El delincuente borracho se acercó al cuartel y la emprendió a hachazos contra la puerta principal del cuartel y los muros e intentó romper una de las cámaras de seguridad.
No es la primera vez que en AEGC denunciamos la indefensión en la que nos encontramos los guardias civiles durante el transcurso de nuestro servicio e incluso fuera de el, como es este caso. Indefensión que se extiende dentro de los juzgados. Es incomprensible que este individuo que, ya había amenazado a otro agente del puesto, haya pasado por el tribunal como si de un simple trámite se tratara. Entrar y salir en un abrir y cerrar de ojos del Juzgado teniendo pendiente un juicio por tráfico de drogas, denuncias por malos tratos y amenazas a los guardias civiles del puesto. En la Asociación Española de Guardias Civiles no nos vamos a cansar de pedir que las agresiones a los integrantes de este Cuerpo tengan consideración de agresión a la Autoridad y no de agente de la autoridad. Somos y seguiremos siendo un blanco fácil porque no se nos da amparo judicial. Bujalance es un buen ejemplo de esta violencia hacia los guardias civiles porque es uno de los municipios cordobeses en los que más agresiones e intentos de agresión a miembros del cuerpo se producen.
Pero lo ocurrido la noche del 9 de diciembre también pone de manifiesto la grave falta de personal que tenemos en la demarcación de Córdoba. NI UNA PATRULLA esa noche para más de 10.500 habitantes repartidos entre los municipios de Bujalance y Cañete. En la misma situación se encuentran en Peñarroya que salen adelante con comisionados de otros puestos que a su vez quedan faltos de personal y por tanto tan inoperativos como el de Peñarroya. Llevamos ya casi 20 años del siglo XXI y seguimos con la misma Guardia Civil del XIX. Ya no es solo que sea necesaria una reestructuración de la Benemérita para hacerla más operativa, es que los municipios pequeños tienen el mismo derecho que los grandes centro de población a tener una seguridad de primera. No puede ser que los impuestos de unos den para tener agentes las 24 horas del día los 365 días del año y los mismos impuestos de otros solo de para tener guardias civiles con horario de oficina.